El duelo

El duelo, esa emoción que nos invade cuando alguien a quien amamos parte de nuestra vida, dejándonos sumidos en una tristeza de la cual a veces, no sabemos salir o simplemente no sabemos afrontar.

Ante todo quiero decirte, que te hablo desde mi experiencia personal, desde mi aprendizaje ... Porque solo te puedo mostrar como he limpiado mi casa, corrijo, como estoy tratando de limpiar, porque es un trabajo diario el aprendizaje de las emociones, luego serás tú quien decida si resuena dentro ti. Toma sólo aquello que te brinde tranquilidad. Si nada de lo que lees en este blog te sirve, nada te funciona,  por favor sigue buscando, quizás mis palabras y mi experiencia no tenga nada que ver con tu camino.

Hace unos meses que partió mi pareja, el Ser con quién compartí  25 años de mi vida, mi compañero, mi amante, mi amigo, el padre de mis dos maravillosos hijos. Aún cuando sabía que ese día llegaría y ese pensamiento rondaba por mi mente debido a su larga y complicada enfermedad, soñaba que envejeceríamos juntos, que reiríamos y balaríamos ... como siempre.

Hoy el desgarro del dolor comienza a menguar para dar paso a la tristeza, en esos momentos de soledad, de silencio que quedan en tu alma, en el día a día... cuando todo a tu alrededor continua  funcionando como si nada hubiese pasado.

Pero, como se avanza en el luto, en el duelo?

Quiero compartir con ustedes lo que ocurrió dentro de mi, después de haber perdido a seres tan importantes en mi vida como mis abuelos, mi madre, mi padre, mis tías y mi compañero de este camino...

En momento en que mi amante esposo partió, me sorprendió de mi misma la tranquilidad, la fortaleza con la cual afronté las decisiones burocráticas en estos casos. Es de decir que tuve toda la ayuda de mis hijos, de mi hermana, mis dos hermanos, mis sobrinos, mi amiga del alma,  primas, cuñadas y pare de contar...  gracias a Dios  estuve muy arropada. Pero hay cosas que te corresponden a ti y tienes que solucionar.

Los días iban pasando y lejos de creer que me sentiría mejor, mi ánimo, mi cuerpo y dolor iban creciendo. Tenía que volver a casa, ya saben, el regreso de la repatriación... Volver, volver a esa misma casa donde compartimos noches, días, largos inviernos, risas, dolor y lágrimas. Volví con la intención de ser fuerte, pero no pude, mi cuerpo no respondía y mis lágrimas parecían no tener fin. Sentía rabia, dolor, desgarro en mi alma. Simplemente llegó un momento en que pensé que no podría salir de ese laberinto donde de pronto veía que me consumía. Veía a mis hijos y trataba de sacar fuerzas... No podía, no quería dejar de llorar, porque quizás dejando de llorar era olvidarlo. Llegue a preguntarme que pasaba con las cosas que había aprendido hasta ese momento, el camino de mi espiritualidad, todas las herramientas aprendidas, practicadas, habían quedando en el cesto de la basura. Me esforcé en sentirme mejor... Pero fue imposible. Le implore a mis ángeles que me prestarán ayuda, que Él pudiera estar a mi lado y darme la fortaleza que siempre tuvo durante su largo tratamiento de quimioterapia, donde siempre mantenía una sonrisa. 

No se en que momento, paso, vi la luz, simplemente debía asumir mi dolor, mi tristeza, sin importar quien estaba a mi alrededor, sin esperar que nadie comprendiera. Simplemente paso... Cuando me entregue al dolor, a mi duelo, cuando asumí el dolor como parte del proceso, de mi proceso, sólo entonces el dolor se hizo presente con consciencia, con responsabilidad. Sólo entonces supe que dejándolo estar, sin forzar, sin demostrar nada a mi misma, sólo entonces comenzó a salir de mi.

Y esto es lo que quiero compartir contigo, porque a veces no entendemos, que no nos entiendan, sencillamente porque no todo el mundo siente, padece y lo vive de la misma forma.

Lo primero, ante todo, soltar el dolor a través del llanto, aceptar el dolor dentro de ti y dejarlo salir. Soltar ese dolor que te desgarra el pecho cuando sientes que tu ser amado se ha ido, que no podrás verle de nuevo. Porque esa impotencia, ese vacío, es incapaz de ser sotenido por tu cuerpo. Es un dolor, que llega a ser superior a ti.

Soltar el dolor a través del llanto, pero no cualquier llanto, un llanto que emita un sonido, que salga desde lo más profundo de ti. Soltar el dolor, llorar todo lo que puedas, darte permiso para estar triste, dejarte sentir lo que realmente esta ocurriendo dentro de ti.

Aunque las personas que están a tu alrededor no lo entiendan...no importa. 
Aunque te digan que estés tranquila, tranquilo, no importa. 
Aunque no te acompañen a llorar... llora, llora tanto como puedas, permítete momentos de soledad para llorar abiertamente. 
La ducha en un buen lugar, mientras el agua lava tus penas, partiendo por el desagüe, a la vez  que el agua purifica tu cuerpo y tu alma.

Después continua con tu día a día. Los que no han pasado por ello te dirán que salgas que te entretengas, eso es muy bueno, pero una vez que hayas comenzado a superar la primera etapa. No lo encierres, no lo ocultes, es asi, esta ahí, es un hecho, es una realidad y dejándolo de lado lo que puede ocurrir es que cause implosiones dentro de tí.

Si necesitas ayuda profesional, elige un buen terapeuta que te ayude, si crees que puedes avanzar, házlo.

Quizás exista un momento de tanto dolor, donde querras partir con tu ser querido, no te asustes de pensar así, es la forma como los seres humanos, cuando creemos que no podemos resistir el dolor lo damos todo por perdido. 

En el momento de mayor dolor, si esas ideas de partir persisten, busca ayuda, coméntalo con alguien, a veces solo necesitamos compañía. No tomes decisiones precipitadas, solo comprende repítete a ti mismo que esto es pasajero, aunque no lo entiendas, aunque no lo aceptes, aun dentro del llanto mismo, habla en voz alta contigo mismo, y repite... "Esto es pasajero, va a pasar, voy a estar bien, yo puedo superarlo... "

Pídele a la persona que acaba de partir de tu vida que te ayude, ellos ahora forman parte de tu energía, están ahí para ayudarte, pídele que te acompañe hasta que estés mejor, y sobre todo, recuerda los buenos momentos, las buenas conversaciones que mantuvieron. Visualizalo, visualizala sonriente acompañándome, a tu lado. Ese Ser que tanto amaste esta bien.  Qué, como lo sé? Porqué cuando cierro los ojos, y respiro profundo dejando por unos momentos mi dolor, mi tristeza, mi desapego y mis pensamientos de lado, mi alma y su alma se hablan y me susurra ... "Estoy bien" Con una hermosa sonrisa.  

Partirá su cuerpo, pero su recuerdo perdurará en ti, y en quienes nos rodean, porque tú te encargarás de recordarlo con entusiasmo, con amor, con dulzura. Y preservar esa energía, porque todos debemos partir algún día, y seremos recordados por aquello que dijimos, por aquellos a quienes amamos y nos amaron. 

Recuerda...soltar el dolor es la mejor forma, que no se quede incrustado en nuestro cuerpo, asume tú tristeza. 

El dolor desgarrador dará paso a la tristeza, para luego convertirse en nostalgia. Y nunca, nunca su recuerdo te abandonará porque esa persona forma parte de ti, y ahora te proteje, te ayuda. 

Solo date tiempo de aceptar, que esto que sentimos y que creemos no poder superar, será superado, sencillamente porque nuestra alma recuerda de donde venimos y hacia donde vamos. Sencillamente porque todos somos seres de luz, con un cuerpo físico prestado, que pasamos por este  largo o corto camino, por un tiempo determinado.

Y aunque mi fase en este momento sigue siendo de tristeza, sólo recordando su sonrisa me la fortaleza de poder seguir adelante. 

Un abrazo de alma a alma.

Clairet Reyes

¡VAMOS LEVANTA!

¿QUÉ HACES? Si acabas de caer.. . levántate ¿Qué haces en el suelo lamentándote, esperando que otros te ayuden, esperando que te consuel...