Eres humano, aceptarse como tal eres es el secreto para seguir adelante
Llega un momento en el cual comenzamos una búsqueda hacia algo más profundo. De forma frecuente, esta inquietud suele surgir a raíz de un conflicto que se presenta en nuestra vida. Un duelo, una separación, un ciclo que se cierra. Alguna situación que nos golpea y nos despierta de un letargo, no sabes que es, pero sentimos un vacío difícil de llenar, interrogantes que requieren un cambio inmediato.
Comenzamos la búsqueda a través de libros, charlas, talleres que te brinden una luz en el camino. Coqueteas con disciplinas como el Reiki, Coaching, Mindfulness, meditación guiada, alimentación sagrada, lecturas de Tarot, Yoga, Numerología, Ángeles y un largo etcétera, con la intención (y creo que esto nos pasa a casi todos) de que algo en nuestra vida mejore.
Eso sí, seguimos centrados en el afuera. Nos esforzamos por ponerlo en práctica inmediatamente, sonreímos, tratamos de dejar pasar discusiones, malas actitudes, guardamos incómodos silencios porque así pensamos que estamos aplicando efectivamente todas las técnicas aprendidas...
Cuando nos reunimos con otras personas, sacamos cualquier tema que tenga que ver con el último libro que hemos leído, la última técnica que hemos aprendido, e incorporáramos nuestros conocimientos a las personas que nos rodean. Tanto es así que considero que llegamos a hacer proselitismo. Esto es muy humano.
Pero de pronto, ese muro de contención que hemos levantado se viene abajo y perdemos esa conexión de la que tanto alardeábamos. Nuestra frustración aumenta, cuando sentimos que aquello que sabemos, que hemos aprendido, aquello que ciertamente hemos sentido, nos resulta muy difícil aplicar en nuestra vida diaria y de pronto nos vemos de nuevo desbordados por los problemas, reaccionado explosivamente ante pequeños detalles... Descubrimos que la conexión se ha esfumado, y tenemos que aguantar con paciencia, a personas cercanas incrédulos de nuestro crecimiento personal, que con sorna nos digan...
"Pero ¿tú no eras tan espiritual? ", "¿No eras un ser de Luz?"
O sencillamente te ponen a prueba para saber si realmente puedes aguantar tanto como crees (te lo juro que hay de estos)
¿Qué es lo que ocurre, para que cuanto más entres en temas místicos o de crecimiento personal, más conflictos parecemos atraer? ¿Nos pone a prueba el Universo? ¿No hemos avanzado lo suficiente?
Creo que la respuesta se encuentra en que, cuando iniciamos nuestra búsqueda para encontrarnos a nosotros mismos, creemos que pasamos a ser espirituales, expertos en desarrollo personal, seres pacientes que se inmutan ante la adversidad, utilizamos con mucho orgullo la palabra resiliencia para definirnos como personas capaces de resurgir de las dificultades, esto está muy bien, pero… nos olvidamos de que habitamos aquí en la tierra. Deseamos hacer un cambio hacia afuera rápidamente sin aceptar como somos hacia adentro.
No podemos ser espirituales o personas con capacidad de gestionar nuestras emociones, olvidándonos que están ahí, tratando de dejarlas a un lado. Somos UNO habitando en este cuerpo, con emociones, pensamientos, un cuerpo y un alma. Queriendo ser perfectos, seres capacitados, avanzados en nuestro proceso de vida, pasamos a ser seres siniestros que sonríen de forma constante a los cuales no nos afectan los problemas. Pero por dentro nos morimos de miedo o frustración. Tratamos de crear una especie de escaparate, donde vendemos nuestra nueva imagen. Adoptamos múltiples personajes, que nos ayudan a sostener nuestro andar.
En mi camino he descubierto que somos perfectamente imperfectos, puedes aprender lo que quieras, ir a cuantos talleres te apetezca, pero si aun así no te has aceptado, nada habrá valido la pena. Aceptarse es reconocer en ti, en una relación para contigo, como eres.
Reconocer tus fortalezas, tus virtudes, pero también tus debilidades y eso, que no deseas que la gente sepa de ti.
El solo reconocimiento de esto te brindará la libertad de aceptarte para después cambiar lo que desees.
Te invito a realizar el siguiente ejercicio:
1.- Haz una lista de las cosas que SI has conseguido en el transcurso de tu vida. Puedes separarlo en etapas. En la niñez, en la adolescencia, tu juventud y tu adultez.
2.- En la medida que escribes en una hoja o en un cuaderno. Prepara a tu lado otra hoja en blanco.
3.- Cada vez que escribes lo que, SI has conseguido, si llegara un recuerdo, una palabra, una emoción, apunta en el papel que tendrás a tu lado, asegúrate de ir enumerando, un ejemplo:
Hoja A... 1. He conseguido en mi adolescencia leer mi primer libro. (aquí me viene un pensamiento) anota en la otra hoja
Hoja B.…1.- Gran cosa que conseguiste, si no sabes tanto como dices, y así toda la retahíla de pensamientos que vayan saliendo.
4.- Cuando hayas terminado, descansa unos 5 minutos, sacude tu cuerpo, toma un vaso de agua, y vuelve a sentarte a leer lo que has escrito.
Este es un ejercicio de aceptación, y compasión contigo mismo, sobre todo en esas palabras donde nos mal tratamos donde seguimos desde el resentimiento sufriendo por temas del pasado.
Es un ejercicio muy potente, pero también te digo que salen muchas cosas. Si necesitas que te acompañe, no dudes en escribirme y concertamos una sesión para tratar lo que ya ha salido. Pruébalo, solo será un reconocimiento de tu verdad, que engrandece tu luz.