¿Realmente escucho?

Hay oportunidades en que la vida parece afanarse con nosotros, momentos en que de pronto te van quitando poco a poco lo que te costó construir en años, compramos la casa, fuimos llenando la casa de muebles, de objetos valiosos y otros no tanto, y llenamos y llenamos.
 Tanto así que hay un momento en que abres un armario y dices:
-  ¿En esta  caja, que hay?  - a medida que compras, te regalan y coleccionas, tu vida parece llena; al menos tu casa está llena, pero siempre necesitamos más, un libro nuevo (me incluyo) unos zapatos de temporada, renovar los muebles y un largo etcétera.
Todo esto está bien, pero, nuestra vida por dentro está vacía. Hay algo que no termina de encajar, algo que falta ¿qué es?
 Nos sentimos de pronto, molestos o estallamos a la mínima de cualquier cambio que suceda en nuestras maravillosa casa llena. Comienzan a suceder una serie de acontecimientos que nos van dando un toque de atención (que no todos escuchamos) la vida te da un toque en el hombro, te susurra quedo al oído:
- ¡Oye que tienes que comenzar el cambio interior, no nos queda mucho tiempo!
Y nosotros parecemos ahuyentarlo diciendo:
- ¡Que fastidio este mosquito!, ¡este sonido que no sé de dónde viene!
O bien estábamos en una reunión y alguien hizo un comentario de su vida que termino molestándonos, porque se parece mucho a algo que queremos cambiar y no hemos conseguido. No escuchamos, no vemos el mensaje, no nos detenemos a descifrar la clave del mensaje.
Comienzan entonces a llegar pequeños mensajes en capsulas, pero nos comenzamos a agobiar y a decir a nosotros mismos - ¡a mí no me va a pasar eso, tengo que trabajar más duro, ganar más, esforzarme más!.
Los mensajes nos dicen que aquietemos nuestras mentes para decirnos claramente lo que tienes que hacer y hacia donde tienes que ir.
Pero lejos de escuchar  comenzamos la carrera. Corremos casi desenfrenadamente y hay un momento que cuando miramos atrás, algo está mal, normalmente suelen ser electrodomésticos que dañan, nos sentimos mal físicamente, una factura que no te esperabas y que te descompone el presupuesto, algo, algo está mal, pero seguimos haciendo ruido mucho ruido - ¡a mí no me va a pasar! – te repites una y otra vez- si me muevo más, si llamo más, si me reúno más, seguro que no me pasa.
De pronto sucede, te quedas sin trabajo, tu jefe de muchos años te grita y agrede y tienes que irte, siguen llegando las facturas, tienes que entregar la casa, no puedes pagar el colegio, se muere alguien cercano.
 ¿Pero qué pasa? y de pronto se hace el silencio, pero ahora no es un silencio que no te deja paz, es un silencio ensordecedor, tétrico, amargo, triste, estas acurrucado en un rincón de la casa que tienes que entregar y no te puedes creer que te esté pasando esto.
Comienza otra búsqueda,  mucha de la gente que creías que te ayudaría ya no está, vuelves a tu rincón lloras, te derrumbas, todo está oscuro, te entregas sin saber muy bien a que o a quien, pero lo cierto es que no tienes fuerza y de pronto comienza a surgir una luz. Alguien que tenías años sin ver aparece. Te das cuenta que hace tiempo que querías dejar ese trabajo, te sientes un poco más libre, un poco más tú, te sirve para saber quiénes eran tus amigos de verdad… aparecieron nuevos.
Te inicias en aquel sueño que siempre tuviste, porque al fin y al cabo no tienes nada que perder.  Y años más tarde ves que esa crisis que logró romperte las bases de tu estabilizada vida, te ha servido para despertar a tu nuevo yo.
Sobre este proceso se ha escrito mucho, personas que de pronto se encuentran hundidos y comienzan a surgir.
Pero  aquí hay un pequeño detalle, después de esta experiencia, puedes seguir ignorando lo que acaba de ocurrir y permanecer exactamente igual que siempre o puedes despertar a la consciencia de saber, que acaba de pasar un proceso importante, que debes detenerte y como mínimo observar que cambios debes dar en tu nueva vida.©J

¡VAMOS LEVANTA!

¿QUÉ HACES? Si acabas de caer.. . levántate ¿Qué haces en el suelo lamentándote, esperando que otros te ayuden, esperando que te consuel...