Hagamos que valga la pena... VIVIR

En esos momentos en que pareciera que la vida se detiene, o te hace detener.
En esos momentos en que las cosas no resultan tan bien como nos  esperamos... detente.
A veces la vida no quiere más que te detengas, unos minutos, unas horas, unos días de tu larga vida.
Sin embargo, cuando esos momentos te abordan, nos desesperamos y pretendemos movernos más deprisa. Miramos de un lado a otro pretendiendo encontrar las respuestas. Buscamos fuera, en personas que nos brinden sosiego, contamos nuestros problemas a seres humanos con más problemas.

Detente! No hagas nada, unos minutos, unas horas, unos días, a veces es solo eso.
Un reposo, un reposo de tu mente, de tu ser físico, de tus pensamientos.
Un reposo del guerrero que eres todos y cada uno de los días, luchando por sobrevivir, luchando por pagar las facturas, luchando por la educación, luchando por un sistema que nos va arrastrando día a día.
Detente... por minutos... detén tu caminar.
Haz una pausa en tu marcha forzada, para poder resetear esa energía maltrecha, esa energía con impurezas recogidas de los problemas.
No pises el freno, si eso te hace sentir vulnerable, pero reduce la marcha,  respira, siente como necesitas reposar, unos minutos al día, de todo, de todo lo que existe, de todo aquello con lo que te identificas. Detén tu paso pesado y recicla..
Piensa en aquellas cosas que hacías de niño, de niña, hazlas de nuevo, volvamos a esos momentos en que todo era mágico.
Hagamos que la vida valga la pena.
Porque vivir, para sobrevivir, para después morir, no tiene sentido.
Vamos a vivir viviendo, existiendo de verdad.
Estoy segura que en cada espacio en que aminores el paso recuperando-te, estarás conectando contigo mismo, buscando ... Tu existencia, tu ser, tu verdad.
Hagamos que nuestra vida valga la pena.
Hagamos cada día algo por nosotros mismos, lo que más te guste, de lo que más disfrutes, lo que más ames.
Vamos a agradecer cada respiración, agradezcamos nuestra presencia aquí en la tierra, entremos en el canal en el cual todo fluye y refluye, por encima de nuestro cuerpo físico, por encima de nuestra mente, de nuestras emociones, de nuestras creencias e inclusive de nuestra alma.
Somos más que nuestro cuerpo y nuestra alma.
Somos maravillosos seres viviendo una experiencia humana.
Somos tú y yo, viviendo en este espacio tiempo, en donde pasado, presente y futuro, coinciden al mismo tiempo.
Somos seres de luz.
Hagamos que valga la pena vivir.
Cjrt