Estamos en una época de cambios. Todo se
mueve, fuera y dentro de nosotros. Lo que está ocurriendo a nivel global, nos
esta ocurriendo a nivel individual. Piénsalo,
los sistemas que antes te funcionaban, ya no te funcionan. Las relaciones que
antes nos agradaban ya no nos divierten tanto, los amigos son los mismos, pero
algo ha cambiado. Pero ese no es el problema. El conflicto interno se nos
presenta, cuando no asumimos que los cambios están sucediendo, y que inevitablemente
estamos cambiando con ellos. Nos guste o no, en esa adaptación externa que se va
sucediendo, algo dentro de nosotros va cambiando también. Esto es así, y no está
bien ni está mal, solo sucede.
Desearíamos meter en una maleta todos
nuestros recuerdos,
nuestras fotografías, nuestras vivencias, esas que cuando
evocamos nos hacen aun sonreír. Meterlo todo debajo de nuestra cama, para poder
mirarlos en cada añoranza. Lo podemos hacer, por supuesto que sí, pero si
deseamos que nuestro tránsito sea más liviano, vamos a tener que dejar muchas cosas
en el camino. Al principio rememoraremos, fechas, cumpleaños, fiestas, costumbres,
y muchos nos aplaudirán, porque deseamos la aprobación de quienes nos rodean.
Pero poco a poco, tendremos que asumir que el cambio se está produciendo, y que
fuimos nosotros quienes decidimos comenzar a caminar. Entraremos en conflicto con
nosotros mismos por ejemplo, cuando alguien quiera hacernos participar de algún
evento que ya no nos divierte, no porque no seamos divertidos, no porque nos
hagamos mayores, ni porque nos parezca absurdo, es sencillamente porque el
ciclo ha pasado, se ha cumplido y ha comenzado uno nuevo. Nos encontraremos
ocupados construyendo una nueva vida. Un nuevo camino. No asumir los cambios
nos llevará a entrar en un desequilibrio dentro de nosotros, pero de nuestro
conflicto interno es como vamos aprendiendo a conocernos.
A veces ¿no te ha pasado, que te ves
haciendo cosas que no quieres hacer, diciendo cosas que no quieres decir,
ayudando a personas que no quieres ayudar? Y en el peor de los casos, ¿manteniendo
forzadamente una relación que sabemos que ya ha terminado hace un tiempo atrás?
(De las parejas hablaremos en otro momento)
Vamos postergando los ciclos,
enturbiándolos, haciéndolo más difícil para cada una de las partes. Hay
momentos en que debemos detenernos para saber lo que realmente queremos de
nosotros mismos, para volver a plantearnos que es lo que deseamos realmente y
cuál es el camino que deseamos continuar. Pero en este nuevo proceso de cambio,
escuchar a tu ser, que es, el más sabio de todos los sabios, es el único
camino.
Vamos a aprender a escuchar a nuestro
cuerpo, nuestra mente, nuestra alma. Solo así podremos recuperar
aquello que hemos olvidado y que no nos permite sonreír por dentro. Porque
sonreír de cara a la galería es muy fácil, pero esa sonrisa que tiene nuestra
alma debemos dejarla brillar. Y la única forma es conociendo lo que está
ocurriendo en nuestra vida. Sin ocultarnos las emociones, sin máscaras con
nosotros mismos. Siendo consciente que si un ciclo termina, no quiere decir que
corramos al otro extremo de la vida, los ciclos terminan simplemente, y se
produce el cambio. Si no lo permites, tu cambio se va haciendo incomodo dentro
de ti, buscando ese espacio que necesita.
¿Cómo hacer esto? Cada uno encontrará
su respuesta y su espacio, en su ser. Pero en lo cotidiano, puedes comenzar por
re-conocerte. Comienza a mirarte en el espejo, a amar quien eres. No lo que
haces, no lo que estudiaste, ni lo que dicen los demás. Eres tú…dentro de ti, esa
comunión de ti con tu alma. Ese yo que está ahí quieto esperando que lo dejes
brillar. Tu ser será tu mejor brújula.
Sé consciente de las cosas que te
gustan, atrévete a decir no, cuando quieres decir no, y aceptar solo aquello que
deseas. Vivir desde la auto-referencia. Reconociendo nuestros defectos y
nuestras virtudes.
Siempre nos han dicho que debemos ser mejores personas, una
persona perfecta. Pero no nos han enseñado a aceptarnos con nuestros errores, a
tratarnos con amor cuando nos equivocamos, a sanar nuestras heridas y
levantarnos, reconociendo que hemos fallado. La vida nos ha enseñado a luchar,
y se nos ha olvidado SER. Ya hemos cometido errores, ya hemos fallado, ya hemos
triunfado, ya hemos reconocido quienes somos, ahora, en este momento en que
todo está cambiando, es el momento para dejar salir esa mejor versión de
nosotros mismos. Reconocer los ciclos
que han terminado para poder despedirlos y comenzar de nuevo. No siendo mejor
persona, sino siendo tú, con tu luz y con tu sombra. Dejando a nuestro SER expresarse
dentro de nosotros, encontrando su espacio nuevamente. Porque eres lo mejor que
te ha pasado en la vida, porque eres un ser perfectamente imperfecto.
Clairet Reyes
#Cjrt
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