Dijo el
popular orador motivacional, de origen estadounidense Les Brown:
“La opinión de los demás sobre ti, no tiene por
qué convertirse en tu realidad”
Convéncete
de ello, por mucho que lo intentes nunca
vas a poder agradar a todo el mundo. Desear gustar a los demás es un desgaste
emocional tremendo.
Desde muy pequeños vamos aprendiendo que la
aprobación o desaprobación tienen un sabor dulce y amargo. ¿Qué niño no muestra
su cara de satisfacción cuando le aplauden, le alagan o le esbozan una sonrisa
de aprobación? ¿Qué adulto no siente una profunda satisfacción, cuando su jefe
le felicita por un trabajo bien hecho? ¿Cuántos de nosotros no comentamos con
nuestro padre o nuestra madre, algo que deseamos hacer y esperamos su
aprobación para continuar?
¿Está mal
sentir una emoción de agrado o engrandecernos por una palmadita en el hombro?
Pues la respuesta a esta pregunta, dependerá si eres dependiente de la
aprobación, o si solo es para ti una herramienta más en tu trabajo, en tu buen
hacer en la vida, utilizándola para coger impulso y continuar.
Es decir, a
nadie le amarga un dulce, pero si yo espero con ansiedad ese dulce, y no
llega, produciendo en mí una emoción de
frustración, desasosiego o tristeza que dura en un alargado espacio-tiempo,
tenemos un conflicto, ya que estamos buscando constantemente la probación
externa como una forma para continuar avanzando.
Es lógico,
sentir una emoción de frustración o
desánimo cuando las cosas no me salen tan bien como pensábamos, pero de eso se trata la vida, de
cometer errores, aprender de ellos y sacarle el mejor provecho.
Por ejemplo,
muchas veces nos vemos haciendo favores, cuando en realidad deseamos decir NO.
Simplemente por temor a la desaprobación de la otra persona, aceptamos decir y hacer lo que no queremos.
Como padres
enseñamos a los niños a temprana edad, por ejemplo un niño que juega en un
parque de arena con sus utensilios, es obligado a compartir sus juguetes quizás
en el momento en que se lo estaba pasando mejor, es por ello que el niño a
través del llanto o una simple reacción corporal muestra su inconformidad, pero
los padres insistimos en enseñarles a compartir, haciendo a un lado, su
propio deseo.
No quiero
decir con esto que debemos enseñar a los niños a ser egoístas, pero si le
enseñamos a compartir, también deberíamos enseñarles a tener en cuenta sus
decisiones, si se le dieran la oportunidad de negociar, seguramente nos
sorprendería ver la reacción de los niños sin necesidad de ser obligados.
Así vamos aprendiendo
a necesitar la aprobación de nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros
abuelos, nuestros primos, amigos, compañeros de trabajo, jefes y un largo etcétera.
¿Cómo hacer,
para no necesitar la aprobación de quienes nos rodean? Vamos a observar lo que
sentimos, si me siento mal por una desaprobación, simplemente lo asumo, y me
reconozco, un ser completo, a sabiendas de que no podemos gustar a todo el mundo
y el hecho que alguien no esté de acuerdo con nosotros no quiere decir que nos
rechacen, simplemente piensa distinto.
Eso es lo
natural, somos todos seres únicos, con pensamientos distintos, capaces de
aprender de nuestros errores, y tomarlos como plataforma de lanzamiento hacia
una nueva actitud.
En la medida
que hagas consciente esa sensación extraña de desaprobación, pregúntate que
deseas hacer ¿tomar impulso, comprenderla, continuar, reconocer que eres un ser
maravilloso y completo que aprende cada día?
Definitivamente puedes confiar en ti y en lo que sientes.
En un claro
ejemplo social, estamos en la búsqueda de una constante aprobación, con las
redes sociales, buscamos más likes, más me gusta, y esto es muy estresante.
¿Publicas? Publica para ti ¿Estas pendientes de los likes? Genial eso es
marketing, pero no una necesidad de que las personas aprueben tu vida y en ello
se te vaya la energía.
Verás que es muy irónico, mientras más aprobación busques, más personas encontrarás que te desaprueben. No es que la vida desee fastidiarte, lo provocas tú mismo para poder cambiarlo, recuerda que los demás, te muestran aquello que no ves y deseas modificar en ti.
Es una
decisión saber qué hacer con las emociones, si permanecer, fluir o avanzar. Tú decides, permite a tu ser, expresarse desde su perfección.
“No permitas
que el ruido de los demás, ahoguen tu voz interior” Steve Jobs
Clairet Reyes
Twitter @clairetreyes
Clairet Reyes
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