La Prosperidad

La mayoría de las personas asocian la prosperidad con el dinero y solo con este. No obstante, la prosperidad hace también referencia a un estado de ánimo.

Cuando hablamos de prosperidad nos estamos refiriendo a:

Tiempo:  para disfrutar, gozar con lo que estamos haciendo, con  lo que nos gusta.

Salud:  disfrutar, sentir este Tesoro Innato del que somos personalmente  responsables.

Belleza:   descubrir su realidad inherente y darle forma,  rodearnos de cosas bellas, descubrir lugares bellos y también cuidar nuestro aspecto físico.

Comodidad:   vivir en una casa cómoda y confortable, cerca del trabajo…

Amor:    irradiar y recibir amor en abundancia.

Éxito:     en todos los aspectos de nuestra vida.

Relaciones:  familiares, amistades, conocidos, profesionales.

Dinero:   para disfrutar de lo que nos apetezca y “ofrecer lo que rebose de la cuenta”

El Universo es próspero y por el hecho de haber nacido nos merecemos disfrutar de esta prosperidad.

Trata de pensar por un momento en el lugar donde te encuentras en este momento: en tu ciudad, en tu país, en tu continente, en el planeta tierra, en nuestra galaxia la Vía Láctea, en nuestro Universo… ¡Somos tan pequeñitos!

Trata de imaginarte por un momento la infinita abundancia que existe en el Universo: en la cantidad de planetas, estrellas, asteroides… que existen, o en la cantidad de gotitas de agua que hay en el mar.

El Universo es infinito, es una provisión inagotable ¿Crees que para el Universo es difícil concedernos una casa bonita, un coche seguro, un buen sueldo…?

El Universo está más que dispuesto a cumplir nuestros deseos de prosperidad y a ofrecernos lo que deseamos. El carburante de la vida humana en el Universo es la felicidad y por ello, Él siempre está dispuesto a hacer lo necesario para que seamos más felices.

La dificultad se haya en que no siempre aceptamos esta abundancia. En algún rinconcito creemos no merecerla; nos creemos indignos de aquello que en realidad hemos venido a vivenciar, igual que nos creemos indignos de la Esencia que lo ha Creado Todo.

La mayoría de nosotros hemos crecido con creencias de carencia:


  • El dinero se gasta, se acaba.
  • Hay que trabajar muy duro (seria un acto egoísta el querer disfrutar de tiempo para nosotros)
  • ¡El dinero cuesta mucho ganarlo, hay que ganarlo con el sudor de la frente!
  • Los ricos (y prósperos) son todos unos ladrones, son malos y no son felices…
  • Hay que ahorrar por si luego no hay… por si ocurriese algo grave.
  • Hay que tener una pareja (del sexo opuesto o del mismo sexo) y para toda la vida.

Hay personas que, aunque tienen mucha facilidad para atraer abundancia a sus vidas, rápida y fácilmente lo pierden todo. Estas personas creen no merecer y así inconscientemente rechazan lo que les viene dado.

Por ejemplo: una chica desea vender un negocio que posee. Lo vende a un precio muy beneficioso para ella. Al cabo de un año ha perdido todo el dinero que ganó (ocurrieron una serie de gastos extras, pérdidas…). Ella reconoce que cree que el precio era demasiado alto y que no se merecía que la pagaran tanto.

Permítete aceptar la abundancia en tu Vida

Cuando no obtenemos lo que queremos es porque realmente no nos permitimos aceptarlo. Indaga qué creencias hay en ti que te impiden alcanzar la prosperidad. 


Haz afirmaciones cada día del tipo:


  • Soy UNO con el Próspero poder del Universo.
  • Próspero de múltiples maneras.
  • La totalidad de las posibilidades se abren ante mí.
  • Me merezco la vida, una vida buena.
  • Me merezco el amor: abundancia de amor.
  • Me merezco tener buena salud.
  • Me merezco vivir cómodamente y prosperar.
  • Me merezco la libertad de ser todo aquello que soy capaz de ser
  • Ahora acepto a la pareja perfecta para mí

Alégrate de la prosperidad ajena

Alégrate al ver personas que ya disfrutan de una vida prospera. Elige No criticarlas. No juzgar la manera en que administran y gastan su dinero. (Esto equivaldría a decirle al Universo: “La prosperidad  es algo que no me gusta, no la quiero”)
Ten siempre presente que en el Universo, como en este  minúsculo puntito que es nuestro planeta, hay suficiente para todos, que es una fuente ilimitada. Y alégrate sabiendo que esta prosperidad de Vida está también a tu alcance esperando a que te atrevas a aceptarla.

Elimina los límites a tus ingresos

¡Ábrete para recibir nuevas fuentes de ingresos!..
No te limites a un sueldo fijo. Puede que pienses: “Sí, todo esto está muy bien, pero yo tengo un sueldo fijo y no puedo ganar más”. El Universo es sabio y sabe como hacerte llegar el dinero y la abundancia a tu vida. No te limites.
¿Y tú qué sabes si de repente vas a conseguir otro trabajo mejor, o si te van  proponer alguna nueva actividad, o cualquier otra cosa que ahora mismo no se te ocurre?
El Universo sabe cómo hacerte llegar lo que necesitas y deseas. No pongas límites.

Puedes hacer esta afirmación cada día:

“Me abro para recibir nuevas fuentes de ingresos”


Agradece lo que tienes

Si no te gusta el lugar en el que vives, o tu coche o tu trabajo o tus amistades, simplemente agradece que lo tengas.

Agradece a tu casa que te cobija de la lluvia y del frío, a tu coche que te lleva a donde tú quieres, a tu trabajo que te permite ganarte la vida que tú has elegido hasta ahora, tus amistades por acompañarte en el camino de tu vida.

El Universo está atento a tus mensajes, y si tu mensaje es “no me gusta el lugar donde vivo” solo estás diciendo que eres una persona que no aprecia el lugar donde vive, y así seguirás encontrando lugares que no te gusten.

Si en lugar de esta constatación negativa sobre tu realidad actual, comienzas a apreciar y a darle mas importancia a sus cosas buenas, y a decir por ejemplo, “agradezco tener esta casa y ahora elijo tener una más grande, bonita, o más céntrica, etc.” Entonces el Universo entiende  tu mensaje como: “Sí, me merezco y deseo vivir en  una casa a mi gusto”


Aprende a recibir

A muchos de nosotros nos han enseñado, desde niños, a no aceptar regalos, cumplidos,… Nos enseñaban a decir: No gracias.
Por lo visto era de buena educación.
Sin embargo eso equivale a decirle al Universo: “No, yo no quiero nada, no me lo des”

La mayoría de las personas se sienten más cómodas dando que recibiendo.
En cuanto recibimos algo inmediatamente sentimos la obligación de devolverlo. Por ejemplo, si alguien nos invita a cenar, sentimos la obligación de invitarles de vuelta.

Un buena práctica sería la de aprender a recibir cumplidos. Cuando alguien nos dice: “estás muy guapa hoy”, le miramos a los ojos sonriendo y decimos: “gracias”, dejando que este cumplido llegue a nosotros, aceptando que hoy, según esta persona también, estamos guapos.

En ocasiones recibimos ayuda de otras personas. Sentimos en muchos casos  la necesidad de devolvérsela, especialmente cuando es una ayuda económica. Pero no nos paramos a ver de que otra manera se les podría ayudar. Ofrecer apoyo emocional por ejemplo, compartir nuestro tiempo, intercambiar información, etc…son actos útiles y bienvenidos siempre y cuando surjan del corazón y sean aceptados.

No obstante  a veces no tenemos porque hacer nada, solo agradecer de verdad la ayuda recibida. Aceptar, es entender que el Universo nos provee ahora de lo que necesitamos. Y que cuando nosotros podamos hacer algo parecido por alguien, lo haremos.
             
Me merezco lo mejor y ahora lo acepto.
Pido ayuda cuando la necesito, estoy a salvo.


Deja marchar lo viejo

Para estar dispuestos a recibir lo nuevo es necesario que nos deshagamos de todo lo viejo e inservible. Seguir el flujo de las cosas es un acto natural. Las cosas, como todo lo que vive, se transforman, vienen y se van. Si retenemos lo que se ha de ir, entonces estamos  impidiendo que llegue lo nuevo.

Un buen ejercicio consiste en hacer una limpieza a fondo de la casa, comenzando por el frigorífico. Los armarios y trasteros suelen estar llenos de cosas que guardamos “por si acaso”.

 Lo curioso es que normalmente cuando llega esa ocasión de usarlo o bien no nos acordamos de ello o ya no nos apetece usarlo.

Respecto a la ropa, una práctica que funciona es regalar todo lo que no nos hemos puesto en un año.

Por supuesto todo lo que no nos sirve seguro servirá a otros. Si no puedes pensar en alguien a quien regalárselo, en todas las ciudades hay centros u organismos que se encargan de darle un uso a las cosas de segunda mano.

“Te deseo prosperidad en todo los aspectos de tu vida”



Fuente: extraído de internet

                                                                                                                                                       

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡VAMOS LEVANTA!

¿QUÉ HACES? Si acabas de caer.. . levántate ¿Qué haces en el suelo lamentándote, esperando que otros te ayuden, esperando que te consuel...