Os he dicho que a la mujer hay que amarla, no comprenderla.
Eso es lo primero que hay que comprender. La vida es tan misteriosa que " nuestras
manos no pueden alcanzar sus cimas, nuestros ojos no pueden observar su
misterio más profundo”.
Comprender cualquier expresión de la existencia —los hombres
o las mujeres o los árboles o los animales o los pájaros— es la función de la
ciencia, no la de un místico. Yo no soy un científico. Para mí, la ciencia misma es un misterio, y
ahora los científicos han empezado a darse cuenta de ello. Están abandonando su
vieja actitud obstinada y supersticiosa de que un día sabrán todo lo que se
puede saber.
Con Albert Einstein, la historia entera de la ciencia ha tomado una
ruta muy diferente, porque cuanto más
penetró en el núcleo de la materia, más perplejo se fue quedando. Toda la
lógica quedó atrás, toda la racionalidad quedó atrás. No puedes dar órdenes a
la existencia, porque no sigue tu lógica. La lógica es un producto humano.
Llegó un punto en la
vida de Albert Einstein en que recuerda que estaba dudando si debía insistir en
ser racional... pero eso sería estúpido. Sería humano, pero no inteligente.
Incluso si insistes en la lógica, en la racionalidad, la existencia no va a
cambiar de acuerdo con tu lógica; tu lógica tiene que cambiar de acuerdo con la
existencia.
Y cuanto más profundizas, la existencia se vuelve más y más
misteriosa. Y llega un punto en que tienes que abandonar la lógica y la
racionalidad y simplemente escuchar a la naturaleza.
Yo lo llamo el entendimiento supremo, pero no en el sentido
corriente de entendimiento.
Lo sabes, lo sientes, pero no hay manera de decirlo.
El hombre es un misterio, la mujer es un misterio, todo lo
que existe es un misterio, y todos nuestros esfuerzos para comprenderlo van a
fracasar.
Recuerdo a un hombre que estaba comprando un regalo para su
hijo en una tienda de juguetes por Navidad. Era un conocido matemático, así
que, naturalmente, el dependiente le trajo un rompecabezas. El matemático trató
de resolverlo... era un bello rompecabezas. Lo intentó y lo intentó y lo
intentó, y empezó a sudar. La situación se estaba volviendo incómoda. Los
clientes y los vendedores y el dependiente estaban mirando, y él no lograba
resolver el rompecabezas. Finalmente, abandonó la idea y gritó al dependiente:
«Soy matemático, y si ni siquiera yo puedo resolver el rompecabezas, ¿cómo cree
que va a poder mi hijo pequeño?»
El dependiente dijo: «Usted no comprende. Está hecho de tal
manera que nadie puede resolverlo, matemático o no matemático.»
El matemático dijo: «Pero, ¿por qué lo han hecho así?»
El dependiente dijo: «Está hecho de esa forma para que el muchacho
empiece a comprender desde el principio que la vida no se puede resolver, no se
puede comprender.»
Puedes vivirla, puedes regocijarte en ella, puedes hacerte uno
con el misterio, pero la idea de comprender como observador no es posible en
absoluto.
Yo mismo no comprendo. El mayor misterio para mí soy yo
mismo. Pero te puedo dar unas cuantas pistas:
- Un psiquiatra es un tipo que te hace muchas preguntas muy caras que tu esposa te hace gratis.
- La clave de la felicidad: puedes hablar de amor y de ternura y de pasión, pero el verdadero éxtasis es descubrir que no has perdido las llaves después de todo.
- Las mujeres comienzan resistiéndose a las tentativas del hombre y acaban bloqueando su retirada.
- Si quieres que una mujer cambie de idea, muéstrate de acuerdo con ella.
Anécdota 1:
La señora se acercó al policía y le dijo: «Oiga, ese hombre
de la esquina me está molestando.»
«He estado observando todo el tiempo —dijo el poli— y ese
hombre ni siquiera la ha mirado.»
«Y, bueno —dijo la mujer—, ¿no es eso molesto?»
Anécdota 2:
Un joven romántico se volvió a la bella joven que había en
su cama y le preguntó: «¿Soy el primer
hombre con el que has hecho el amor?»
Ella pensó un momento y luego dijo: «Es posible, tengo una
memoria horrible para las caras.»
Todo es misterioso: es mejor disfrutarlo en vez de tratar de
comprenderlo. Al final, el hombre que
sigue tratando de comprender la vida resulta ser un tonto, y el hombre que
disfruta la vida se vuelve sabio y sigue disfrutando la vida, porque se hace
más y más consciente del misterio que nos rodea.
El mayor entendimiento es saber que no se puede comprender
nada, que todo es misterioso y milagroso. Para mí, ese es el inicio de la
religión en tu vida.
The Great Pilgrimage: From Here to Here, cap.
2. 1
No hay comentarios:
Publicar un comentario